Una de las preguntas más irónicas que hasta ahora me he hecho. Antes me la había planteado pero no tenía tanta importancia responderla como ahora. Me resulta difícil contestarla cuando lo veo desde unos ojos en tercera persona. Viendo desde sus ojos está claramente dibujado.
Perdí la razón que me empezaba a formar como un hombre de bien.
Perdí la bendición de DIOS que muy alegremente recibí y que recuperarla me costará subir al cielo. Perdí su perdón y el de ella.
Perdí la luz que le inspiraba la confianza que no sé si alguna vez había ofrecido a alguien.
Perdí su respeto que conscientemente le había faltado (por eso mi delirante arrepentimiento).
Perdí sus palabras de aliento.
Perdí la oportunidad de hacerla feliz llevándola al paraíso que una vez soñé.
Perdí tremendos motivos que me harían tomar grandes decisiones.
Perdí su voz señorial que iluminaba mis oscuras y silenciosas noches.
Perdí yo, que por estar jugando a las aventuras la perdí a ella.
No entraré en detalles porque siento que perdí una inmensa parte de mí y no cabe en palabras todo.
Ahora mírala a través de mis ojos. Ella sólo perdió lágrimas por mi culpa.
Perdió las esperanzas que tenía en mí.
¿Me perdió a mí? No. ¡Sonaría presumido!
Ahora puedo aclarar que los dos perdimos. Pero merecidamente… yo perdí más.
AngeL
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